Sergio W. Tenis
¿Somos libres?
La sociedad nos demanda cumplir las normas de tráfico, no golpear gente al azar, no decirles «puta de mierda» a las mujeres. El mundo civilizado parece requerir el sacrificio de ciertas libertades, amordazándolas por su propio bien, domando los instintos egoístas y brutales de los seres humanos.
Si no hubiera normas (y nadie nos vigilara), posiblemente no recogeríamos las mierdecillas de nuestro perro, para qué nos vamos a engañar. Es una acción que evolutivamente no tiene sentido, pues nos quita —además de las ganas de tener mascota— valioso tiempo para desperdiciarlo en asuntos más agradables.

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