Cayetano Tinti
Este martes por la noche conducía por la avenida del Paral.lel en Barcelona cuando me encontré numerosos coches de policía y ambulancias frente a un hotel. Algo muy grave debe haber ocurrido, pensé. Mi imaginación apenas osciló entre una competición de ‘balconing y una sobredosis de alcohol y drogas, ahora que las jóvenes mentes más privilegiadas de toda Europa vuelven a España de vacaciones. Claramente, me obstinaba en fantasear con la autodestrucción de estos especímenes que habitan en los hoteles costeros. Sin embargo, como suele decirse, la realidad supera la ficción. Al día siguiente leía horrorizado en el periódico que un bebé había sido hallado muerto a manos, presuntamente, de su padre.
