Filosofía y VOX

Cayetano Tinti

Tras la dictadura de Francisco Franco no hubo en España un partido de extrema derecha nacionalista con la fuerza de VOX. Se ha señalado que este ascenso se debe a factores como el conflicto territorial, los casos de corrupción de otras fuerzas de derecha, así como un discurso muy bien difundido a través de las redes. Probablemente haya más factores para tener en cuenta, pero hay uno que suele pasar desapercibido: su fundamentación filosófica.

Heidegger era un filósofo dedicado al estudio del ser, lo que en filosofía se denomina ontología. La ontología no se limita al ser humano, sino que puede ser llevado a cuestiones de tipo político: qué es la libertad, la democracia o qué es España, lo que se ha venido a llamar el Ser de España. Este debate arranca desde mediados XIX y pone de relieve lo que se ha venido en llamar las dos Españas, tan maniqueas que no se reconocen las unas a las otras. Las dos Españas se confrontan en tres polos: izquierda/derecha, catolicismo/laicismo, centralismo/nacionalismos periféricos.

Sobre esta cuestión se han ido posicionando filósofos y personajes de la cultura, de un modo más o menos definido e incluso errático. Por ejemplo, Unamuno o Pío Baroja pasaron de tener unas posturas más escoradas a la izquierda para acabar en una más de derechas, mientras que Antonio Machado y Valle Inclán tuvieron una trayectoria contraria.

De todos los intelectuales de la generación del 98, cabe destacar a Ortega y Gasset en relación con este asunto. Resulta llamativo que lo quisieran para sí las dos Españas pues representaba una suerte de tercera vía.  Declaraba en el parlamento sobre Catalunya: “llevamos muchos siglos juntos los unos con los otros, dolidamente, no lo discuto; pero eso, el conllevarnos dolidamente, es común destino, y quien no es pueril ni frívolo, lejos de fingir una inútil indocilidad ante el destino, lo que prefiere es aceptarlo”.

Lo que proponía Ortega, en definitiva, es que las dos Españas se conllevaran. Proponía una definición de España, no por oposición a otros países de Europa, la manida cuestión de si europeizar España o españolizar Europa, sino consigo misma, en línea con el pensamiento de Levinas de definirse a través del otro. La España de izquierdas, laica y periférica existiría porque hay otra de derechas, católica y centralista, ese sería el fundamento de la nación; supondría poner al mismo nivel ontológico a Catalunya o Andalucía con España y al catolicismo con el laicismo.

Una propuesta que se vio truncada, acaso aplastada, por el golpe de Estado contra la República. Los años posteriores de dictadura fue el intento de eliminación de una de las Españas de la otra. Intento fallido, porque como afirmaba Levinas, eliminar al otro significa acabar contigo mismo.

La llamada reconciliación nacional dio a entender que las dos Españas ya no existían y que el debate había quedado cerrado. Sin embargo, hubo quien abordó el tema y lo llevó a un punto bastante inusitado: Gustavo Bueno. En mi opinión, ha favorecido el resurgir más radical de una de las Españas.

Muchos lo recordarán por sus apariciones televisivas y sus broncas maneras. Fernando Savater lo definió como el Paco Martínez Soria de la filosofía española. Una percepción un tanto clasista que daba cuenta del ostracismo al que lo había sometido la academia. Sin embargo, Gustavo Bueno podía presumir de ser el único pensador español que había desarrollado un sistema filosófico: el materialismo filosófico.

¿Qué es un sistema filosófico? ¿Qué es eso del materialismo filosófico? Un sistema filosófico es una explicación integral de la realidad. Puede afirmarse que Platón fue el primero en desarrollar un sistema filosófico con su teoría de las ideas. Posteriormente, Aristóteles propuso un sistema diferente con el hilemorfismo, afirmando que las cosas están compuestas de materia y forma, no por ideas.

De alguna manera, todos los sistemas filosóficos se alinean con Aristóteles o con Platón. Gustavo Bueno desarrolló un sistema que niega todo idealismo y espiritualidad. Su originalidad reside en que afirma la materialidad real de conceptos que otros sistemas materialistas entienden como ideales, tales como la distancia entre dos cuerpos. No es una cuestión mental, sino material.

Sin embargo, según el materialismo filosófico, no todo lo que clasificamos tiene realidad material. En sus obras ‘El mito de la izquierda’ y ‘El mito de la derecha’, Gustavo Bueno sostiene que ambas concepciones políticas son arbitrarias y carecen de realidad material. De este modo, la cuestión del eje izquierda/derecha de las dos Españas es irreal y la extrema derecha no existe, tal como el filósofo y diputado en el congreso de VOX, Joaquín Robles, defiende.

Gustavo Bueno afirmaba que él era ‘ateo católico’ lo que significaba que, si bien rechazaba la idea de Dios, pertenecía a una cultura católica. Esto suponía que defendiera que se diera religión en las escuelas para que luego se enseñase que todo aquello lo que la religión sostenía era una patraña. Una forma un tanto singular de solventar el eje de catolicismo/laicismo, pero que en la práctica da respuesta a un sentimiento mayoritario: no ser creyente, pero sí culturalmente católico.

Pero donde tuvo la batalla filosófica más importante fue en la definición territorial. En más de una ocasión participó en las escuelas de verano de la fundación DENAES, vinculada a VOX. Definir la nación, no la española sino cualquiera, sin acudir a conceptos metafísicos o imaginados, puede ser una ardua tarea. El asunto es importante ya que el conflicto territorial en España es, de los tres ejes, el fundamental. Sin una territorialidad sobre la que definirse no tiene sentido hablar de laicismo, catolicismo, izquierdas o derechas.

Gustavo Bueno afirmaba la materialidad de la nación española y su supremacía sobre las otras posibles naciones periféricas, las cuales sí consideraba que son un artificio idealista. Una tesis más que discutible, pero que VOX ha asumido de forma integral, sin matices, hasta el punto de proponer el fin de las autonomías. Se presentan como los únicos que tienen clara la idea de España. Quizá sea así y es tarea de la izquierda (si es que existe, contra la opinión de Bueno) construir sin miedo ni tapujos una idea alternativa que satisfaga a la mayoría, tal como Ortega aspiraba a realizar en la República.

Un comentario en “Filosofía y VOX

  1. ¿Gustavo Bueno? ¡Menudo filósofo, que era capaz de lograr lo que a Hegel le resultaría imposible: la síntesis de dos antagonismos tan contundentes como «ateo» y «católico»! Y todo ello para que la Iglesia y la extrema derecha lo aceptaran y lo acogieran en sus senos como un pensador un tanto peculiar, pero aceptable para ellos. Debo decir, por otro lado, que tengo su libro «La fe del ateo» y no sé si pasé de la tercera o la cuarta página. En fin, una maravilla de filósofo que «no hay por dónde cogerlo».

    Me gusta

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: